Cómo lograr textos más inclusivos
A continuación te presentamos algunas buenas prácticas:
- Redactar con una sintaxis sencilla, con frases cortas: transmitir una sola idea en cada frase y desechar la información superflua.
- Trabajar con oraciones breves donde se respete la expresión de sujeto, verbo, objeto y circunstanciales en forma simple y clara.
- Privilegiar la voz activa por sobre la voz pasiva. Explicitar lo relevante.
- Aumentar la accesibilidad cognitiva con apoyos visuales y/o auditivos (imágenes, dibujos, pictogramas, audios, vídeos, etc.)
- Propiciar criterios de legibilidad:
- Emplear fuentes sin remates ni ornamentación: Arial, Helvética, Calibri, Tahoma.
- Utilizar dos tipos de letra como máximo en el mismo texto: para título y texto.
- Aplicar tamaño grande a la letra: de 12/14 puntos en adelante.
- Procurar alto contraste de la letra sobre el fondo. Por ejemplo: negro-blanco, negro-amarillo.
- Evitar efectos tipográficos como adornos, colores, sombras.
- Escribir entre 55-60 caracteres por línea aproximadamente.
- Preferir la alineación del texto a la izquierda, evitar el texto justificado.
- Aplicar márgenes generosos e interlineado amplio.
- Incluir imágenes descriptivas alusivas al texto.
Compartinos en las redes